Las habilidades matemáticas tempranas juegan un rol importante en el desempeño escolar de niños y jóvenes, así como el éxito en diferentes áreas de la vida adulta (Clements &  Sarama, 2007; French, 2013; Melhuish et al., 2008). En particular, las habilidades matemáticas con que cuentan los niños a nivel de kínder, marcan una gran diferencia en las ganancias de aprendizaje que puedan tener en los niveles subsiguientes y constituyen un fuerte predictor del desempeño académico, -tanto en matemáticas, como en lectura-, a lo largo del tiempo (Bodovski & Farkas, 2007; Duncan et al, 2007; Libertus, Feigenson & Halberda, 2011).