Por distintas razones, los procesos colegiales tradicionales a través de los cuales las universidades aseguraron históricamente los estándares de calidad se han deteriorado y subvalorado. En su reemplazo, o complementariamente, se han desarrollado los sistemas de aseguramiento de la calidad externos e internos. Los sistemas de control externo, si bien necesarios para que las instituciones y programas den cuenta responsablemente de su quehacer en una plataforma común, son cuestionados. Por una parte, no han demostrado su incidencia para mejorar la docencia y el aprendizaje y por otra, su burocracia provoca resistencias al interior de ellas. Desde la perspectiva de los sistemas internos de aseguramiento de la calidad, aquellos que diseñan las mismas instituciones de educación superior, éstos responden (al menos inicialmente) a las exigencias externas. Sin embargo, estos resguardos internos tienen el potencial para contribuir a incrementar la cultura de calidad institucional y mejorar la docencia si se ajustan a las prácticas universitarias en un contexto de colegialidad académica. En este contexto, interesa discutir de qué forma se resguarda la calidad de la docencia y cómo se afecta o fortalece la cultura académica de cada institución. El propósito de la investigación es analizar cómo algunas universidades chilenas configuran sus sistemas internos de aseguramiento de la calidad, cómo incorporan las normativas externas y de qué forma interactúan con las culturas de calidad académicas de cada institución. En general, el aseguramiento de la calidad se ha estudiado desde la perspectiva de la gestión institucional, este trabajo adopta una mirada alternativa, desde la cultura y desde la práctica académica.